lunes, 16 de abril de 2012

Nueva ornamentación para el marco de 'El establo'

El establo (versión actual). Talla en madera

Existen diversas opciones a la hora de plantearse una talla en relieve. Una de ellas es la posibilidad de incluir un marco, no a posteriori, una vez finalizada la talla, como un añadido, sino dentro del mismo proyecto de tallado, como parte del diseño original, extrayéndolo del mismo bloque de madera (generalmente un conjunto de tablones ensamblados) de donde habrá de salir el motivo principal, y contando, eso sí, con un diseño propio e independiente, que podrá ser más o menos ornamentado.

Esta es la opción elegida por Serapio para muchos de sus trabajos. Como puede apreciarse en la galería de imágenes (donde se muestran, además de las obras más recientes, la mayor parte de las realizadas con anterioridad a la publicación de este blog), entre su producción abundan las tallas con marcos de este tipo, las cuales, como puede suponerse, al igual que el resto, no surgieron de improviso, sino que son fruto de muchos años de paciente aprendizaje y continuado esfuerzo, y pueden dar fe, con su presencia, de hasta qué punto esta solución de un marco integrado ha contado a lo largo del tiempo con la preferencia de su autor.

En el caso concreto que nos ocupa Serapio ha decidido —por motivos prácticos, pero también de estética, porque le complace ese contraste— dejar la parte del marco que nuevamente ha ornamentado sin teñir, con el color natural de la madera, pero dejando intacta, asimismo, la escena central que contiene las figuras, la cual es, como habéis podido ver, de una tonalidad rojo-caoba. Con todo, decir que este último tampoco es el color original, pues, tal y como puede apreciarse en la foto que desde un principio teníamos publicada, el cuadro estuvo teñido durante bastante tiempo de un color marrón más claro, hasta que un buen día, hace años, mi padre decidiera oscurecerlo aplicándole ese tono caoba que aún conserva en la parte donde están las figuras.
El establo (versión antigua). Talla en madera

En la imagen superior puede apreciarse el aspecto que tenía la obra que hoy presentamos en el momento de realizarse, allá en la década de los ochenta del pasado siglo XX. Por aquel entonces ocupaba un lugar preferente en las paredes del salón de nuestra casa, pero al cabo del tiempo (en el 2004) Chalet. Talla en maderaRIGHTS INFO, movido de un estímulo algo más ambicioso, acabó Serapio una talla de mayor envergadura —una escena de chalé con piscina, de gran relieve, utilizando tablones de nueve centímetros de grosor—, la cual vino a ganarse un puesto de mayor privilegio en la estima de su autor y, en consecuencia, relegó el cuadro del establo a un rincón, y éste quedó vuelto hacia la pared, semioculto por una cortina..., y allí ha permanecido hasta ahora, soñando el sueño de los justos, medio escondido e ignorado. No obstante, como todos podéis ver, ha querido la fortuna que, acordándose de él, a Serapio le halla entrado el capricho de revestirlo con nuevas galas, de modo que ya ha encontrado un sitio para su oportuno lucimiento, siendo el lugar, si no tan destacado como el que ocupara originariamente, al menos lo suficiente para que esté a la vista y pueda ser contemplado; a costa, eso sí, de enviar al rincón a otro de sus hermanos. Pero, qué le vamos a hacer, así es la vida, en nuestro hogar no hay más paredes disponibles y es ley muy común en la naturaleza, aun en la humana, que para situar a uno en un lugar de preeminencia otro haya de verse desplazado.

2 comentarios:

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Don Carlos,

Me va Vd. a permitir que haya tardado más de lo habitual en comentar este nueva talla de Don Serapio, pero tenga por seguro que no ha sido por falta de ganas, sino simplemente por cierta dosis de pereza que se ha apoderado de mi cuerpo a la hora de ponerme a teclear mis ideas.

Tengo que decirle que, ya de entrada, es para mí un descubrimiento enterarme de cómo se hacen esos marcos integrados, y también de conocer la forma cómo se ensamblan las maderas, porque yo, en mi ignorancia al respecto, me imaginaba que las tallas correspondían a una sola pieza, lo que me hacía no entender del todo cómo se podía conseguir una madera de buenas dimensiones muchas veces.

Quedo sencillamente maravillado por los detalles que nos da Vd. de la forma como trabaja Don Serapio, y me convenzo cada vez más de que realmente es un Arte que vale la pena admirar. Y esa decisión de hacer una copia de una talla que ha hecho él mismo es un conato atrevido que, a mi modesto entender, ha resuelto con éxito.

Parafraseando aquí un poema de Ovidio me atrevería yo a decir que la copia es mejor que el original, pero el original, a su vez, es mejor que la copia.

En fin, que ambas son, como era de esperar, dos auténticas obras de Arte.

Amigo mío, amigos míos, desde mi modesta opinión, les envío la sugerencia de hacer un Museo o una Fundación en la que figuren todas las tallas de Don Serapio, porque es una lástima que esas obras tan exquisitas no estén al alcance de un público amplio y no esté garantizada su presencia en la Historia del Arte de los Grandes Artistas, porque de todos es sabido que Artistas con menos categoría tienen sus correspondientes Exposiciones o Fundaciones.

Con mi felicitación y mi admiración, les envío a ambos, Don Serapio y Don Carlos, un afectuoso abrazo.

Antonio

Chacien dijo...

Está usted perdonado, amigo Antonio, faltaría más.

Normalmente los tablones no suelen exceder de unos 30 o 40 cm. de ancho, así que todo cuadro hecho por mi padre que sobrepase, en su lado más estrecho, de dichas dimensiones, estará compuesto, con toda probabilidad, de dos o más tablones ensamblados.

No corren buenos tiempos para los museos o fundaciones. Y no es que Serapio no sueñe con ello: ganas no le faltan, como a cualquier artista plástico que se precie, supongo.

Cordiales saludos.